No sé cuál es la razón exacta pero te confieso que me he hecho adicta a mirarte.
Tal vez sea porque cada vez que lo hago siento que tengo los pies en la tierra mientras mi corazón flota hasta mi garganta con la intención de rozarte las ganas.
Sonrío a pesar de mis ansias por odiarte, por ser tú el motivo de los mares salados en los que me pierdo cada noche, por ser tú la causa de que viaje al mundo de los sueños agarrada de tu mano siempre que cierro los ojos.
Te miro, y me tiemblan las manos al imaginar el éxtasis de tocarte.
Me digo a mi misma que ha llegado el momento de contarte que vives a todas horas en mi cabeza y te pasas cada segundo enmarañando mi pensamiento dejando tu aroma en cada hilo que tocas.
Noto como mis pies se le adelantan a mi miedo que aún sigue agarrado a aquella silla sin querer soltarse de la seguridad que le proporciona el silencio,
pero ellas ansiosas andan con vida propia llevándome a tu encuentro como tantas veces desearon.
Te miro, y quiero gritarte que no soporto más esa indiferencia,
que necesito besarte como lo hago cada vez que imagino nuestro encuentro perfecto,
entonces te giras y me sonríes, y a mi se me desploma el alma, el corazón y las ganas, anclandome a ese suelo que parece destabilizarme cuando me quedo colgando de tus pestañas y las palabras se quedan incrustadas como cristales,
haciéndome sangrar por dentro cada vez que les impido contarte que me deshago en la necesidad de besarte cada vez que te tengo enfrente,
quiero contarte que sólo tu me has hecho escribirte en servilletas buscándole los tres pies al gato a ver si así consigo que me de sus siete vidas para al menos seguir viviendote a distancia en cada una de ellas.
Me gustaría decirte que tengo debajo de la almohada dos billetes con destino a nunca jamas y que uno de ellos lleva tu nombre,
por si algún día te apetece y te llevo de la mano a perdernos entre las estrellas,
así juntos les enseñamos lo escaso que es su brillo comparado con el que irradia de tu sonrisa.
Debería decir algo, pronunciar al menos alguna de esas palabras que le grito a la lluvia cuando cae perezosa y comprendo que hasta ella tiene el placer de rozarte.
Debería hacerte entender que la frustración se apoderara de mí cuando cruce esa puerta una vez mas sin haberte dicho ni una sola palabra de las que me ahogan al naufragar entre el recuerdo de tu imagen y que tengo que llevarme a rastras cada noche el corazón que quiere encaramarse a tu espalda,
así que me voy una vez más sin esperar la vuelta de ese café que me tomo cada día como escusa para poder rozar tus manos.
Te observo desde la pequeña ventana con la esperanza de que sea hoy el día en que te des cuenta de los versos que mi boca te susurra en aquella servilleta que cada vez que la leo me da las gracias por visitarte, sin entender que soy yo quien tiene que agradecer el poder verte fuera de mis sueños haciéndome parar el tiempo,
aunque en cada despedida tenga mas miedo de que te grabes para siempre en mis retinas haciéndome vestirme eternamente de ti en cada amanecer
Vie Mayo 02, 2014 3:15 pm por 
Tema: amor en servilletas 
es genial *w*
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